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Grecia: 5 de Mayo            Último momento

¡Viva la huelga general revolucionaria de la clase obrera griega!

Llamamiento de emergencia de la FLTI a todas las organizaciones obreras y la clase obrera mundial

Este 5 de mayo, la clase obrera griega ha marcado un nuevo jalón en su combate para parar el ataque y la guerra que le han declarado los explotadores. Ha tomado en sus manos y ha garantizado una magnífica huelga general revolucionaria con combate en las calles, con movilizaciones masivas, con barricadas, que la llevó a un enfrentamiento abierto con la policía y las fuerzas de choque del estado burgués. Al escribir esta nota, ya anochece en Grecia y continúan los combates y las barricadas.
Todos los gobiernos de la Europa imperialista, representantes de banqueros, explotadores, chupasangres y asesinos de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo, habían cerrado filas con el gobierno de Papandreu para que éste ataque decisivamente a la clase obrera griega. Una santa alianza que va desde la oligarquía financiera de Wall Street a los banqueros del Bundesbank, asentada en el gobierno asesino de Papandreu, atacó a la clase obrera en todas sus conquistas. La burguesía quiere que la clase obrera pague la crisis que ella misma provocó, y así recuperar el dinero que se robó de Grecia. A  los explotadores, a los banqueros y a las pandillas imperialistas les va la vida y sus ganancias en que este ataque se imponga en Grecia. De ello dependerá que la clase obrera pague la bancarrota y amorticen las pérdidas que la propia burguesía generó. Es que si triunfan con este plan contra la clase obrera en Grecia, luego pasarán a un ataque decisivo contra toda la clase obrera europea. Los carniceros imperialistas ingleses ya han anunciado que por delante les espera “sangre, sudor y lágrimas” a los explotados de ese país. Eso es lo que quieren todos los parásitos capitalistas.
Entre el FMI, la Goldman Sachs, la JP  Morgan, la Merkel, los carniceros asesinos de la V República francesa, los lores de la corona británica, los chupasangres de la corona española y demás pandillas imperialistas se rasgan las vestiduras e hipócritamente hablan de “salvar” a Grecia. Mentira. Ellos quieren salvar al Bundesbank y a la oligarquía financiera de los parásitos de las cuatro manzanas de Wall Street, robando el salario, las jubilaciones y superexplotando a la clase obrera. Son los saqueadores del mundo, que se robaron y recrearon ficticiamente valores, gastándose nada menos que 90 billones de dólares que aún el trabajo humano ni siquiera ha creado.
El proletariado griego –a pesar y en contra de sus direcciones- viene protagonizando heroicos combates, desde las jornadas revolucionarias de 2008 a las últimas dos heroicas huelgas generales de este año. Si la burguesía hoy puede largar este ataque es porque estos combates han sido llevados por sus direcciones sindicales a presionar para “morigerar el ataque” y “ablandar el ajuste”. Son estas direcciones reformistas las que sostienen al mismo gobierno de Papandreu, que descarga una brutal guerra contrarrevolucionaria sobre la clase obrera griega.
Los explotadores de toda Europa concentraron sus fuerzas en Grecia y pueden atacar hoy sosteniendo al asesino Papandreu, porque las burocracias sindicales de la Europa imperialista, los traidores de los partidos socialimperialistas, paralizaron las fuerzas de la clase obrera europea, entregaron sus combates, los puestos de trabajo, el salario, y dividieron sus filas.
Pero tanta traición y tanta agua para mojar la pólvora del proletariado griego no fue suficiente para apagar la chispa que hoy se vuelve a encender en la magnífica huelga general revolucionaria que está haciendo temblar a los explotadores y sus gobiernos. Es que la clase obrera de Grecia ha ocupado nuevamente el centro de la escena y en su magnífica huelga general revolucionaria vuelve a plantear una vez más quién gobierna y quién es el dueño de casa: si los parásitos explotadores del pueblo o la clase obrera. La alternativa es de hierro. Si Papandreu se mantiene en el poder, quienes se salvarán serán el Bundesbank, la banca Morgan, el Goldman Sachs y demás parásitos imperialistas. Sólo tomando el poder la clase obrera podrá salvarse a sí misma.

Los trotskistas de la FLTI afirmamos que en los combates de Grecia se juega el destino de los explotados de Europa y en el período inmediato, el futuro de la clase obrera mundial.
Semanas atrás, frente a un ataque similar al que sufre la clase obrera griega, los obreros de Kirguistán, ante el aumento del 200% de los productos básicos de la canasta familiar, ganaron las calles, derrotaron a la policía y se tomaron las comisarías, echaron al gobierno e hicieron justicia por mano propia con los ministros ladrones del salario obrero. Así la clase obrera se puso de pie y comenzó su revolución.
La huelga general revolucionaria en Grecia pone la misma moción de Kirguistán esta vez en las calles de Atenas. Ese es el camino para triunfar en la Grecia que se ha sublevado. Los explotadores les declararon una guerra cruenta, brutal y sangrienta a los explotados. Los carniceros imperialistas de la V República francesa, los chupasangres alemanes de la Merkel y del Bundesbank, la Corona inglesa y española, expoliadores de los pueblos de América Latina y de África, se merecen, como el asesino Papandreu, una huelga general revolucionaria y un Kirguistán generalizado desde las estepas rusas hasta Lisboa.
La huelga general revolucionaria en Grecia es más que una chispa: Es el fuego que debe encender la pradera de París, Berlín, Madrid o Roma, si la clase obrera quiere vivir.
El proletariado griego, a pesar y en contra de todos sus dirigentes sindicales y partidos -que ayer lo postraron ante Papandreu, haciéndole creer que con elecciones y frases dulzonas se paraba el ataque de los explotadores- ha ocupado el centro de la escena, ha presentado batalla y como en el 2008 ya está protagonizando jornadas revolucionarias contra los explotadores.
Al ataque de la burguesía se le responde con la revolución obrera, con la guerra civil, con una insurrección victoriosa. ¡Son ellos o nosotros!

la huelga general revolucionaria del 5 de mayo: nuevamente una magnífica jornada de combate de los explotados

Centenares de miles de trabajadores y estudiantes ganaron las calles en Atenas, Tesalónica y en todas las ciudades de Grecia, enfrentándose cuerpo a cuerpo contra la policía asesina con palos, piedras y bombas molotov.
El primero de mayo, con los obreros y su vanguardia en las calles se preparó esta huelga general. Nuevamente la clase obrera ha ocupado el centro de la escena. A la guerra de los explotadores se la ha enfrentado con la guerra de clases de los explotados.
Ahora, los trabajadores griegos pugnan por tomarse el Parlamento, que es donde el 6 de mayo, esa cueva de bandidos representantes de la banca Morgan, el Goldman Sachs, el Bundesbank y los parásitos imperialistas griegos, tienen previsto refrendar el brutal plan de ataque contra la clase obrera y las masas griegas. Quieren darle legalidad, como un trámite, al pliego de condiciones ya decidido en las negociaciones a espaldas de los trabajadores y el pueblo por los parásitos imperialistas del FMI y el Banco Europeo con su gerente Papandreu. ¡Abajo el gobierno de Papandreu, gerente de Golman Sachs y JP  Morgan! ¡Abajo el parlamento fantoche, esa cueva de levantamanos representantes del imperialismo, enemigos de los trabajadores y el pueblo! Ese es el poder  de los explotadores, de los ladrones del salario, del trabajo y de la vida de la clase obrera.
El proletariado no debe detener su combate hasta que no quede piedra sobre piedra de las instituciones del régimen imperialista griego y su estado asesino. Ese estado que hoy ha lanzado esta fenomenal guerra contra los trabajadores, y que ayer en los ’70 no le tembló el pulso para imponer la dictadura de los coroneles asesinos que masacró a la clase obrera griega. A esos coroneles asesinos los están preparando y los usarán si la clase obrera no triunfa hoy en el magnífico combate revolucionario que ha comenzado.
Las masas, con un certero instinto para identificar a la clase enemiga, en maniobras de combate, atacaron los bancos imperialistas, los edificios del gobierno y los grandes comercios. ¡Viva la sublevación de las masas griegas! ¡Su derecho a la legítima defensa y a la insurrección son sagrados!
Para mantenerse en el poder y defender la propiedad privada de los capitalistas, el gobierno asesino de Papandreu responde implacablemente contra la clase obrera y las masas, lanzando toda la fuerza de su policía asesina. Ya hay muertos en las calles. ¡Fuera el asesino Papandreu! ¡Basta de represión! ¡Viva la huelga general! ¡No hay que detenerse! Hay que seguir el camino que marcaron nuestros hermanos obreros y campesinos en Kirguistán. Contra la represión, ¡hay que derrotar en las calles y disolver a la policía asesina! ¡Hay que quemar y destruir las comisarías para desarmar a los asesinos del pueblo! ¡No permitamos que se derrame más sangre obrera! ¡Hay que conquistar el armamento generalizado de la clase obrera!
Hay que extender y coordinar ya mismo, todos los piquetes de autodefensa que los explotados en lucha pusieron en pie. Sectores de los soldados rasos han llamado a plegarse a la huelga. Los trabajadores deben marchar sobre los cuarteles y llamar a los soldados a unirse a sus hermanos de clase desobedeciendo cualquier orden de represión contra el pueblo. De lo contrario, tarde o temprano la casta de oficiales asesina dará la orden de bañar en sangre obrera el país. ¡Abajo la casta de oficiales! ¡Comités de soldados rasos para unirse con sus armas, a la lucha de la clase obrera y el pueblo! ¡Hay que poner en pie la milicia obrera!

La huelga general revolucionaria ha planteado quién es el dueño de casa. Para derrotar el ataque, mantener el trabajo, el salario y la vida, la clase obrera debe poner en pie su propio poder y preparar una insurrección triunfante. ¡Son ellos o nosotros!

Al parlamento de los parásitos imperialistas, los banqueros y los patrones hay que oponerle un gran parlamento obrero y de todos los sectores explotados, los campesinos pobres y estudiantes sublevados de la Grecia revolucionaria. Hay que coordinar y centralizar a las organizaciones obreras y a las masas en lucha, a sus piquetes de huelga y sus comités de autodefensa y los consejos obreros, ciudad por ciudad, región por región y a nivel nacional. Hay que poner  en pie un verdadero congreso de delegados de base de todas las organizaciones obreras en lucha que garantizaron hoy esta magnífica huelga general del 5 de mayo. Allí se podrá centralizar, desarrollar y fortalecer la milicia obrera. Podrán organizarse y enviar delegados los comités de soldados que se niegan a reprimir al pueblo. Podrán también enviar sus representantes los campesinos pobres arruinados y los estudiantes aliados a la clase obrera.
Con esa organización y ese verdadero poder de la amplia mayoría de la nación, es decir, la clase obrera y sus aliados, las masas podrán tomar la resolución de la crisis en sus manos. Hay que comenzar por organizar y preparar acciones decisivas de combate para derrocar en las calles al gobierno y al régimen infame de la Goldman Sachs, el Bundesbank y los parásitos capitalistas griegos. Esto abrirá el camino para que las masas comiencen a tomar en sus manos la resolución de la crisis.
¿Ellos quieren reducir el salario obrero? ¿Ellos quieren robarse las jubilaciones y los puestos de trabajo? ¿Ellos se quieren robar la salud y la educación de nuestros hijos? ¡A ellos, entonces, hay que expropiarles sin pago las fábricas y los bancos y ponerlos a producir bajo control obrero!
¡Ellos se robaron 320.000 millones de dólares asociados a los piratas y gangsters de Wall Street y del Bundesbank alemán, entonces que la crisis la paguen ellos! ¡Que ellos paguen la deuda! La clase obrera griega y los sectores populares no pueden reconocer como deuda propia lo que no han gastado.
¿Ellos quieren aumentar el IVA y los impuestos al consumo? ¡Basta! ¡Que los paguen ellos y sus inmensas fortunas robadas a los trabajadores y al pueblo! ¡Por impuestos progresivos a las grandes fortunas! Papandreu, Karamanlis y los representantes de los parásitos capitalistas griegos han firmado contratos secretos con los banqueros imperialistas norteamericanos para robarse el trabajo, el sacrificio y el salario de millones de obreros de Grecia. ¡Abajo el secreto comercial y la diplomacia secreta de las pandillas imperialistas que conspiran contra el pueblo! Así los explotados podrán demostrar el robo y el saqueo de los bandoleros imperialistas contra el bolsillo de los trabajadores.
La clase obrera debe acaudillar la puesta en pie de un verdadero doble poder de todos los explotados y oprimidos de Grecia. Así, desde sus consejos obreros y el Congreso Obrero Nacional, se debe preparar para hacerse del poder con una insurrección triunfante, que no deje piedra sobre piedra de ese estado imperialista y sus clases dominantes de parásitos chupasangre, expropiadores del salario y del trabajo de la clase obrera. Esta es la perspectiva y la moción que ha planteado esta nueva huelga general revolucionaria de las masas y los explotados en Grecia.
¡Abajo Papandreu y el régimen imperialista infame de los gerentes de JP Morgan, Goldman Sachs, el Bundesbank y los parásitos capitalistas griegos! ¡Por un gobierno obrero y popular revolucionario basado en las organizaciones de lucha y en el armamento de los explotados! Ese es el único gobierno que podrá hacer que Grecia no sea obligada a pagar la bancarrota de los bancos imperialistas.

La clase obrera no puede permitir que le expropien su salario, su trabajo, ni su jubilación. La clase obrera no puede permitir que nuevamente su lucha sea expropiada. No puede permitir que su combate sea puesto por las direcciones reformistas a los pies de los políticos patronales y los banqueros con pactos y acuerdos realizados a espaldas de las masas en lucha.
La tarea inmediata es  convocar ya desde todas las organizaciones de combate, a un Congreso Nacional de delegados de base de todos los sectores en lucha. La clase obrera necesita un cuartel general de la revolución para unificar a todos los explotados, para preparar y organizar una insurrección para derrocar a Papandreu, única forma de que los trabajadores no paguen la crisis de los capitalistas. Los explotados deben avanzar con pasos decididos para demoler todas las instituciones del régimen, hacerse del poder e instaurar un gobierno obrero para expropiar a los expropiadores.

La lucha de la clase obrera griega es la lucha de todos los trabajadores de Europa y el mundo

Nuestros hermanos de clase griegos, que están en la primera línea del combate contra los parásitos imperialistas, no pueden quedar aislados. Las masas griegas ya han hecho su convocatoria en las calles: “¡Chispa en Atenas, incendio en París, es la insurrección que viene!”. Contra la unidad de la Europa imperialista en bancarrota, que quiere hacerle pagar su crisis a los trabajadores y el pueblo pobre: ¡Pongamos en pie la unidad internacionalista de la clase obrera desde Portugal hasta las estepas rusas! ¡Todos con nuestros hermanos de clase que combaten en Grecia!
Todas las burocracias sindicales y los partidos socialimperialistas traidores de la clase obrera del viejo continente les han dicho a los trabajadores que se salvarán país por país, sometiéndolos a pactos con los gobiernos burgueses de toda Europa. Con esos pactos se entregó el salario y el trabajo de la clase obrera. Y lo que es peor, se expropió su combate. Estos sirvientes de la burguesía tuvieron la desfachatez, como los de las Trade Union inglesas de hacer paros al grito de “trabajo inglés para los ingleses”, cuando hoy la Inglaterra en ruina y bancarrota les sacará el trabajo en primer lugar a los obreros ingleses. El imperialismo no tiene lealtad hacia ningún trabajador, solamente a sus ganancias. ¡Basta de sirvientes y lacayos de la burguesía en las organizaciones obreras!
Las burocracias y aristocracias obreras, los desechos del stalinismo y los podridos partidos socialdemócratas de Europa, junto a sus nuevos aliados los renegados del trotskismo, vestidos hoy de “anticapitalistas”, dejaron aislada a la heroica lucha de la clase obrera griega y permitieron que el enemigo concentre todas sus fuerzas para atacar allí. Pero también han permitido que se expulsen de la Europa imperialista a los mejores contingentes del movimiento obrero europeo, los hermanos inmigrantes de África, Turquía y Medio Oriente. Cuando la Europa imperialista estaba en decadencia, los trabajadores inmigrantes eran necesarios como mano de obra esclava, y cuando ésta entró en bancarrota, fueron echados como perros al Mar Mediterráneo de vuelta a sus países. Divididos país por país, ningún sector de la clase obrera podrá salvarse a sí mismo. Las burocracias, aristocracias obreras y sus partidos, con sus políticas de colaboración y conciliación de clases, sólo dividen las filas obreras y preparan las condiciones para el ataque de los explotadores.
A pesar y en contra de estas direcciones, el primero de marzo los obreros inmigrantes protagonizaron una magnífica jornada de lucha en toda Europa y le marcaron el camino para unir sus filas a toda la clase obrera europea.
La huelga general griega ha mocionado a todos  los trabajadores del viejo continente: ¡Abajo las aristocracias y burocracias obreras pagadas por el gran capital, que atan la suerte de la vida, el trabajo y el salario de la clase obrera a los explotadores! ¡Una sola clase, una sola lucha!
¡Basta de dividir a la clase obrera! ¡A  igual trabajo, igual salario! ¡Eso marcaron los explotados de Grecia, con su vanguardia los trabajadores inmigrantes, cuando cerraron filas en una misma lucha contra los explotadores! ¡Basta de dividir al proletariado europeo! ¡Basta de esclavizar obreros en las maquilas del este de Europa bajo las botas del carnicero Putin, a cuenta del Bundesbank alemán, el carnicero Obama y demás pandillas imperialistas europeas! Debe volver a sonar el grito de guerra de los obreros rumanos de la Renault: “¡queremos ganar como los obreros de París!” ¡Deben volver las ocupaciones de fábrica tomando de rehenes a los patrones, como ayer en Francia! ¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero toda fábrica que cierre o despida! ¡Los jóvenes obreros deben volver a incendiar las cités para hacer de París todas las noches una Bagdad! ¡Las luchas de los empleados públicos deben generalizarse a todo Portugal! ¡Hay que poner de pie a la clase obrera italiana! La clase obrera inglesa debe romper con la farsa electoral de los parásitos de la monarquía imperialista, sus partidos y sindicatos sirvientes, para que sea la burguesía la que ponga “la sangre, el sudor y las lágrimas”. ¡Que vuelvan las movilizaciones obreras que conmovieron a más de cincuenta ciudades de la Rusia capitalista del carnicero Putin!
A  la Europa imperialista hay que enfrentarla con la Europa de la clase obrera. ¡Ni Maastricht, ni parlamento europeo! ¡Ni OTAN, ni tropas imperialistas asesinas de las masas de Irak y Afganistán!
¡Basta de “pactos” y “acuerdos sociales”! ¡Por la huelga general revolucionaria en toda Europa! ¡Todos somos obreros griegos! ¡Basta de reducción salarial, despidos y flexibilización laboral! Para que la crisis la paguen los capitalistas: ¡aumento de salario de acuerdo a la carestía de la vida, indexado mensualmente! ¡Escala móvil de horas de trabajo para que todas las manos libres pongan a producir las máquinas y fábricas que los capitalistas han parado!
A Maastricht y esa cueva de bandidos del parlamento Europeo, ¡hay que oponerle la unidad internacionalista de la clase obrera europea y mundial! ¡Una sola clase, una sola lucha! Desde todas las organizaciones obreras pongamos en pie un Congreso Continental en Atenas de todos los explotados para preparar la Huelga General que sacuda a Europa desde sus cimientos.
A la Europa de los carniceros imperialistas y de los nuevos gobiernos burgueses del este europeo y de Rusia, donde la lacra stalinista restauró el capitalismo, entregando al proletariado de esos países como mano de obra esclava para las maquiladoras de las potencias imperialistas, ¡hay que oponerle la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Europa!

Mientras se combate en Grecia enfrentando a los representantes de la banca Morgan y la Goldman Sachs, mientras se combate y se da la vida para derrotar el ataque de esa oligarquía financiera de Wall Street, los traidores de la AFL-CIO de EE.UU. y la izquierda reformista de ese país mantienen sometida a la clase obrera norteamericana a ese nuevo Bush tiznado que es Obama, el representante de los carniceros imperialistas yanquis y sus banqueros. Por la traición de estas direcciones, se impuso la flexibilización laboral en la Toyota, Volkswagen, General Motors y demás automotrices en EE.UU. La mayoría de la clase obrera quedó flexibilizada, perdió sus jubilaciones y sus seguros sociales; hoy 43 millones de trabajadores deben vivir con subsidios de 3 dólares por día de los bonos de comida entregados por el estado, con millones de despedidos y con inmigrantes masacrados  en  las  cárceles y en  las fronteras  con  México.
Mientras el estado imperialista yanqui les garantiza sus ganancias a Goldman Sachs y la banca Morgan, la clase obrera norteamericana, sometida por sus direcciones a Obama, es quién está pagando las pérdidas de los parásitos de Wall Street. La huelga general de Grecia le da una nueva oportunidad a la clase obrera norteamericana. Allí las masas combaten a sus verdugos, a la banca Morgan y Goldman Sachs, los verdaderos sostenedores ayer de Bush, y hoy de Obama. ¡Abajo la burocracia de la AFL-CIO, sirviente de los banqueros de Wall Street!
¡La clase obrera norteamericana debe ponerse de pie junto a sus hermanos de clase de Grecia para enfrentar al mismo enemigo!
¡Que se ponga de pie la Marcha del Millón de Obreros, junto a los inmigrantes y el movimiento contra la guerra!
¡Basta de someter a los trabajadores norteamericanos a sus verdugos! Ésta no se salvará ligando su suerte a los masacradores de Irak y Afganistán, a los que hoy ocupan Haití y comandan el ataque contra la clase obrera mundial. El proletariado norteamericano podrá retomar su lucha entrando al combate junto a sus hermanos de clase de Grecia.
El rol de las direcciones traidoras, del Foro Social Mundial y de esa V Internacional de los Chávez, los Castro y los Hu Jintao, ha sido desincronizar la lucha de la clase obrera y los pueblos semicoloniales del combate de sus hermanos de los países imperialistas. Ellos sometieron al proletariado a pactos contrarrevolucionarios en Bolivia y en Colombia, han cercado la revolución palestina, la resistencia iraquí y afgana. Han impuesto el régimen de la reconciliación y el oprobio con los asesinos del Apartheid en Sudáfrica y han cercado la revolución en Madagascar. Y hoy se prepara la burocracia castrista, en un pacto con el imperialismo y las burguesías nativas, a consumar la restauración capitalista en Cuba.
La suerte de la clase obrera de los pueblos semicoloniales no está en el sometimiento a sus burguesías nativas, ya sean bolivarianas, indigenistas o islámicas. Son todas sirvientes del imperialismo.
¡Abajo la política de colaboración de clases del Foro Social Mundial y las burguesías bolivarianas e islámicas! ¡Abajo la V Internacional de los sirvientes de la burguesía!
Para sincronizar el combate de la clase obrera mundial hay que volver a poner en pie el partido mundial de la revolución socialista. ¡Hay que refundar la IV Internacional de 1938!
¡Por la unidad internacionalista de la clase obrera mundial! ¡Para que la clase obrera viva, los parásitos capitalistas y el imperialismo deben morir!

Fracción Leninista Trotskista Internacional
Integrada por:

• Workers International Vanguard League (WIVL) de Sudáfrica. • Partido Obrero Internacionalista (POI-CI) de Chile. • Liga Trotskista Internacionalista (LTI) de Bolivia. • Fracao Trotskista (FT) de Brasil. • Liga Trotskista Internacionalista (LTI) de Perú. • Liga Revolucionaria Internacional-FI (IRL-FI) de Zimbabwe. • Liga Obrera Internacionalista - Democracia Obrera (LOI-CI) de Argentina


Grecia – 04/05/2010

En Grecia: ante el crack de la economía, se libra una batalla decisiva de la guerra de clases entre el imperialismo y la clase obrera europea y mundial ¡Son ellos o nosotros! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

Uniendo las fuerzas de los comités de fábricas, las organizaciones de lucha y los comités de autodefensa, garanticemos la Huelga General del 5 de mayo para derrocar a Papandreu
¡Que empiece la revolución!

Desde la Red Sindical, el sindicato de trabajadores inmigrantes y los comités de fábrica,
convoquemos a un Congreso Nacional de Delegados de base de todo el movimiento obrero y los explotados

Por un gobierno obrero y campesino para imponer un Plan Obrero de Emergencia


para garantizar el pan, el trabajo, la salud y la educación con la expropiación de los expropiadores

La bancarrota griega: la punta del iceberg de la crisis y el estallido europeo.
Se rompe el equilibrio entre el marco alemán y el dólar, que de forma parasitaria sostuvo al euro y a la utopía reaccionaria de una Europa imperialista unida

Como fuera el estallido de la bolsa de Shanghai de 2007, el estallido de la burbuja inmobiliaria de EE.UU. del 2008, y como fuera la bancarrota de toda la banca imperialista de Wall Street; bajo los golpes de la crisis económica mundial imperialista que se desarrolla vertiginosamente, hoy estalla la bomba griega. Bomba y bancarrota que amenaza con arrastrar a toda la Europa imperialista a la crisis económica más grave desde la posguerra.
Como de la galera de un mago, ha salido un nuevo conejo del marasmo de este sistema imperialista putrefacto. Para ocultar el parasitismo del capital financiero internacional, todos intentan silenciar quién se gasto y cómo se contrajo esa monumental deuda de 320.000 millones de dólares que hoy ha declarado en una verdadera bancarrota a la Grecia imperialista. Lo único que dejan claro la clase dominante y los parásitos del capital financiero es que son la clase obrera y los explotados de Grecia los que tienen que pagarla.
Cuando todos los banqueros de Wall Street anunciaban pérdidas por más de 14 billones de dólares, atrapados en la burbuja inmobiliaria de EE.UU; cuando en esa burbuja quedó atrapado el 37% de los activos de todos los bancos imperialistas europeos; cuando quedaba claro que una oligarquía financiera mundial se había gastado a cuenta beneficios aún sin producir por 90 billones de dólares, “comenzaba” la bancarrota de Grecia, el crack español, la bancarrota irlandesa.  Los “alces” y “bellos unicornios” de la Europa imperialista comenzaban a transformase en los llamados “PIGS” o “cerdos” en el lenguaje de los banqueros imperialistas.

La Grecia imperialista se sostuvo en sus ciclos de expansión anteriores y en su “crecimiento” ligado a Maastricht, bajo los signos del parasitismo y la bancarrota del sistema imperialista en crisis y decadente. Maastricht se ha sostenido como una ficción, con un euro o moneda única financiada por el dólar.
¿Qué podía nivelar el valor de la productividad del trabajo de Alemania, expresado en el marco alemán, para que haya una moneda única, con la Irlanda atrasada, con la peseta de un imperialismo de segunda como España, con la lira italiana sostenida en dos o tres capitales transnacionales y los fondos del vaticano, para tener un valor igual al ex franco francés, sostenido en la más alta productividad del trabajo en ramas de la economía como la aeroespacial, la automotriz, la química?
¿Cómo se puede establecer un signo igual entre esas monedas que expresaban valores de productividad totalmente distintos en naciones que producían bienes con distinta productividad y riqueza? ¿Cómo hacer que un marco alemán, que concentra la producción de máquina-herramienta con mayor tecnología del planeta, valga lo mismo que la moneda de un Portugal cuyo recuerdo de país floreciente en el mundo tan solo son sus puertos con alguna carabela del siglo XIX como monumento?
La crisis griega revela el secreto de Maastricht, el secreto de la unidad de las potencias imperialistas europeas. Le hace un striptease y desnuda ante el fuego caliente de la vida el parasitismo con el que funciona el capital en su época imperialista.
La Europa de Maastricht se creó y se sostuvo sobre el eje franco-alemán y el valor del marco, que le dio la unidad de medida al euro. Como lo muestra la crisis griega, lo que garantizó que las monedas de naciones imperialistas atrasadas de Europa, que representan menor valor de bienes y de productividad del trabajo, se equipararan con el valor del marco alemán, es decir del euro, fue el dólar.
Con el dólar, como surge de las cuentas secretas de Grecia, y ahora también de España, de Portugal, de Italia y de todos los “PIGS” (cerdos), se financió a las monedas atrasadas para colocarlas al valor del marco alemán y del franco francés y poner al euro como unidad de medida de la moneda europea.
Fue en acuerdos secretos con todos los gobiernos de Europa, excepto Francia y Alemania, que EE.UU. financió los déficits de los estados, que para entrar a la Unión  Europea, no podían superar el 3%. Es decir, que no podían devaluar sus monedas. Al revés, había que sobrevaluarlas para alcanzar al marco alemán, y sin déficits de los estados. Esa diferencia la financiaba la city de Wall Street.
Como demuestran los acuerdos secretos con Grecia, firmados a espaldas del pueblo y de los explotados -como se hizo en Italia, en Portugal, en España, en Irlanda y, como veremos luego, también en el este europeo- los bancos parásitos de Wall Street, financiaban las monedas de los países imperialistas atrasados de Europa con fuertes préstamos y créditos a alta tasa de interés. El cobro de estos créditos, a 20 ó 30 años, eran garantizados por los estados con la entrega de los impuestos de exportaciones, importaciones, aduanas, casinos, parte del impuesto al consumo, de ganancias, etc.
Es que, tras los 320.000 millones de dólares de deuda de Grecia, aparece que el déficit fue provocado porque un tercio o más de los impuestos fueron para pagarle a la JP Morgan y a Goldman Sachs los créditos usureros con los que rapiñaron la riqueza creada por la clase obrera griega, asociados a la gran burguesía de ese país. Tan es así que Karamanlis ayer y Papandreu hoy son viejos directores y accionistas de la Goldman Sachs y de la JP Morgan. Esta es la asociación del capital griego con el capital de Wall Street en el saqueo de Grecia y de la clase obrera de ese país. El circuito hasta ahora, cerraba. El “círculo virtuoso” cerraba porque a su vez Alemania y en menor medida Francia, transformaron a Europa en su espacio vital comercial. Por ello Grecia es gran deudora en su balanza comercial fundamentalmente de Alemania, y en menor medida de Francia.
¿Qué son entonces los 320.000 millones de dólares de bancarrota de Grecia? Ni más ni menos que los beneficios que se embolsó el Bundesbank de Alemania y los bancos de Wall Street que la clase obrera aún no ha producido. Es el sistema imperialista mundial y su capital financiero comiéndose los beneficios que el trabajo humano no ha producido.
De la misma manera que en EE.UU. el negocio eran las hipotecas de las hipotecas sobre las hipotecas, que hacían valer un bien dos o tres veces su valor, la bancarrota griega hoy no es más que el billón y medio de dólares, contraídos como deuda por Grecia en los últimos 10 años con la banca de Wall Street, hechos figurar en sus balances como “intercambio monetario contra pago de impuestos”, que secó los recursos de esa nación, que a su vez tenía que pagar todas las importaciones que realizaba con Alemania y con Francia para mantener su consumo y su producción.
Podríamos afirmar que año a año, el capital financiero alemán, francés y los parásitos de Wall Street se pusieron en sus bolsillos dos o tres veces el valor de lo producido en Grecia.

El crack griego, como eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista, ha dejado al desnudo que la Europa de Maastricht no era más que Alemania, y en menor medida Francia, usando a Europa como mercado para sus exportaciones, mientras EEUU financiaba con créditos leoninos la moneda única en los países más débiles.

 

El capital financiero internacional se comió los beneficios, y ahora los parásitos quieren que la clase obrera les pague la crisis

Se aproximaba el 19 de mayo y los préstamos de Europa y el FMI no aparecían para rescatar a Grecia. El grito alemán era “no vamos a financiar nosotros lo que se gastaron los griegos”. Las pandillas del Bundesbank sabían que si Europa ponía el dinero también rescataban el negocio de los bancos de Wall Street, que ya tienen garantizado el cobro de sus préstamos clandestinos a Grecia (y a los “PIGS”) con el cobro de impuestos puesto como prenda de pago.
“Si no ayudamos”, decía Sarkozy, “no cobramos la deuda comercial que tenemos con Grecia”. Y todos los “PIGS” (cerdos) unidos gritaban: “¡prestémosle a Grecia!”. Se frotaban las barbas la monarquía española y Berlusconi mirándose en el espejo. Todos cerraron filas exigiéndole a su socio Papandreu, “ponemos los 120.000 millones de dólares y respaldamos los vencimientos de la deuda griega, con un tercio puesto por el FMI, si ustedes garantizan arrancarle los fondos para pagarlos a la clase obrera griega sacándole los aguinaldos, despidiendo empleados públicos, reduciendo el salario, imponiendo la flexibilización laboral en las fábricas, hundiendo las jubilaciones”. El grito de guerra fue “¡Ataquen y prestamos!”.
Esa es la forma de que se mantengan los negocios. Los parásitos imperialistas concentraron en Grecia todas sus fuerzas para aplastar al proletariado griego, mantener el ciclo de negocios y cobrar su deuda.

Es bajo estas condiciones que la burguesía descarga un brutal ataque contra las masas, y éstas han respondido preparando ya la tercera huelga general que impusieron la base obrera y los inmigrantes a las direcciones, a los sindicatos y a las organizaciones obreras.
Una feroz lucha de clases, una guerra de clases se ha desatado en Grecia. La burguesía y el imperialismo ha concentrado allí sus fuerzas, y allí debe concentrarlas el proletariado internacional.
En esta batalla decisiva que el proletariado mundial hoy libra en Grecia, se define quién pagará los costos de la crisis económica mundial: si los explotados o los explotadores. La guerra de clases entre el imperialismo y la clase obrera mundial, ha entrado hoy en Grecia en momentos decisivos. Ninguna de las dos clases, ni la burguesía ni el proletariado, pueden convivir pacíficamente; ninguna de las dos clases en conflicto puede salvarse sin hundir a su clase enemiga.
El puñado de parásitos cortadores de cupones, propietarios de Goldman Sachs, la JP Morgan, el banco Paribas, el Bundesbank, etc., a través de Obama, Merkel, Sarkozy y la plana mayor del FMI, le han dado la orden a su gerente, el socialdemócrata Papandreu, Primer Ministro de Grecia, de que ataque decididamente a las masas griegas para que sean ellas quienes paguen hasta el último centavo de los miles de millones de dólares que los piratas imperialistas se gastaron y que salió a la luz con la estallido de Wall Street.

Papandreu, gerente de la Goldman Sachs, tan represor, asesino y antiobrero como su antecesor Karamanlis
Es el que hoy comanda el ataque contra la clase obrera griega a nombre y a cuenta de todos los parásitos imperialistas del mundo

En el 2008, la clase obrera griega, contra el asesino Karamanlis que ya descargaba todo el peso de la crisis sobre la clase obrera, golpeó la mesa y ocupó el centro de la escena con huelgas generales, con combates de barricadas, y ya arrinconaba al régimen odiado de la Goldman Sachs y del capital financiero griego. De esa manera, con sus combates en las calles amenazaba no sólo con tirar al gobierno asesino de Karamanlis, sino con abrir la revolución griega. Pero una santa alianza lo impidió: por un lado, el stalinismo, desde la dirección de los sindicatos, jugando un verdadero rol como carnero y contrarrevolucionario; por otro lado, la política cretinamente sindicalista y parlamentarista de los anarquistas y los renegados del trotskismo, impidiendo que el proletariado en su primer embate revolucionario barriera a Karamanlis en las calles, se despojara de su vieja dirección traidora de los sindicatos y avanzara a impedir la catástrofe que ya caía sobre él y que hoy siente en plena magnitud.
“No hay condiciones” gritaban, “la lucha es defensiva”, mientras la base obrera tiraba en Tesalónica a toda la burocracia sindical y se tomaba su sede central. Agitaban que allí había que recitar poesías y conquistar un mundo de la libertad creativa y tan sólo luchar defensivamente por la libertad a los presos. Así queda demostrado que la cobardía de la dirección del proletariado es la responsable de que hoy la burguesía intente descaradamente descargar este brutal ataque contra las masas.
“No hay condiciones” afirmaban. Cuando lo único que había era condiciones para tirar a Karamanlis con un combate de barricadas y huelgas generales insurreccionales en las calles, como lo hicieran las heroicas revoluciones de Argentina en 2001 y de Bolivia en 2003.
Tanto sobraban condiciones, que el régimen presuroso tuvo que adelantar las elecciones para relegitimar a un gobierno que estaba totalmente deslegitimado por las masas.
Así le sacaron a las masas la posibilidad de un triunfo derrotando a Karamanlis en las calles, lo que hubiera significado el descalabro del régimen burgués griego y el inicio de la revolución europea. Y le hubiera atado las manos a la burguesía para volver a atacar.
Fueron las direcciones traidoras las que le ataron las manos al proletariado en su primera embestida. Ello permitió que el recambio burgués de Karamanlis por Papandreu sea utilizado hoy para largar un redoblado ataque de la burguesía imperialista griega.
Los obreros griegos del 2008 no sabían que después de semejante lucha se le iba a robar la posibilidad de derrotar el ataque de la burguesía. Eso se lo impuso su dirección que los llevó atrás de distintos frentes electorales, de “unidad de izquierda” de anarquistas, renegados del trotskismo, desechos del stalinismo; y los sacó del combate en las calles para que con una oleada mentirosa y pseudopacifista se fortaleciera un gobierno tan director de la JP Morgan como Karamanlis, el de Papandreu.
Papandreu no vino con un pan bajo el brazo. Vino con una pistola puesta en la sien de toda la clase obrera griega. Sus municiones son: garantizar el despido de decenas de miles de contratados del estado y por 3 años cerrar todo tipo de contratación; reducir casi un tercio los salarios de los trabajadores estatales y las jubilaciones; congelar los salarios de todos los trabajadores públicos y de empresas privadas durante los próximos 3 años; aumentar el impuesto al consumo (IVA) a un 25 %; un aumento generalizado de las tarifas, el combustible, el alcohol y el tabaco; y un robo generalizado de las cajas jubilatorias aumentando la edad para el retiro.
Es la clase obrera la que debe pagar las pérdidas y la bancarrota de los capitalistas, cuando son éstos los que ya se embolsaron las superganancias y se las gastaron.
Este ataque liderado por el socialdemócrata Papandreu hace empalidecer a su antecesor Karamanlis, también gerente de la Goldman Sachs, que por mucho menos de lo que tiene que hacer Papandreu, debió dejar su lugar en el gobierno para evitar ser derrocado por las masas en 2008.
Todos los días los parásitos accionistas de los bancos imperialistas y sus representantes, a través de la prensa burguesa mundial, no se cansan de repetir que sólo si Papandreu ataca decididamente a las masas, ellos estarán dispuestos a poner millones de dólares para evitar el default griego, que significaría un golpe terrible y comprometería inmediatamente la cadena de pagos en toda Europa.
Con total claridad la burguesía imperialista le dice a Papandreu: “hay que atacar a las masas ya, para hacerles pagar nuestra crisis”. Todos los días Papandreu le dice a la burguesía imperialista que aplicará estas medidas, pero hasta ahora, aunque ya ha despedido a miles de contratados y ha llevado el IVA del 19 al 21%, todavía debe imponerle a la clase obrera griega este brutal saqueo que tendrán que pagar las próximas tres o cuatro generaciones del proletariado y las masas explotadas de ese país.
La burguesía imperialista mundial quiere que las masas paguen su crisis. Prepara las condiciones para conquistar su victoria. Pero es absolutamente conciente de que esto solamente podrá imponerlo si triunfa en el terreno de la lucha física entre las clases en pugna.
LAS CONDICIONES SE CONQUISTAN. La burguesía, con el pérfido accionar de las direcciones traidoras, busca y combate, con confianza de vencer, por CREAR LAS CONDICIONES para aplastar al proletariado.
Por traición de su dirección, el proletariado no puede conquistar aún las condiciones para su victoria, y debe pelear en las peores condiciones. Aquí y allá debe retroceder y comenzar de cero, ahora contra Papandreu, que dispara un ataque mil veces superior al de Karamanlis. Como en las jornadas revolucionarias del 2008, de nuevo el proletariado está por protagonizar su tercera huelga general, esta vez en el 2010.
¿Quién es el embustero, charlatán, sirviente de la burguesía, que puede decir hoy que no hay condiciones y que el proletariado griego no creó mil y una condiciones para parar el ataque de los capitalistas, para poner de rodillas, con el pie en el pecho, a la burguesía, y comenzar su revolución?
El proletariado mundial debe entender que en Grecia se está jugando hoy el destino de nuestra clase a nivel internacional.
Toda la burguesía europea y mundial necesita la derrota del proletariado griego. La tragedia es que por traición de su dirección, el proletariado no puede volcar todas sus fuerzas desde Europa y a nivel internacional para que triunfe la clase obrera griega, para que comience la revolución en Europa.

Desde los laboristas ingleses, burócratas de las trade uniones, que ayer llamaban a las huelgas de por “trabajo inglés para los ingleses”; desde los traidores de las centrales sindicales francesas que dejaron aislados a los obreros inmigrantes de París y a los jóvenes hambrientos de las cités; desde las burocracias de las centrales sindicales italianas y alemanas, que firmaron la reducción salarial y la flexibilización para el proletariado; desde los traidores de la AFL-CIO que entregaron a la clase obrera norteamericana y al movimiento contra la guerra a Obama y dejaron aislados al movimiento inmigrante para que sea atacado peor que con Bush en EE.UU, se han levantado las fuerzas contrarrevolucionarias que quieren cercar al proletariado griego.
En el mundo semicolonial, como en la Europa imperialista y en EE.UU., el proletariado griego es aislado por esa V Internacional que, desde la burocracia castrista y los renegados del trotskismo, somete al proletariado a las burguesías nacionales, para permitir todos juntos que el capital financiero concentre fuerzas y ataque al proletariado griego.
Ya Gordon Brown, el primer ministro laborista inglés, que todos los partidos “anticapitalistas” llamaron a votar “contra la derecha”, ha anunciado para Inglaterra (que tiene un déficit igual o superior al de Grecia) que lo que vendrá para los trabajadores ingleses será “un ajuste peor que el de la Thatcher en los ‘80” que le costará, como dijera Churchill, “sangre, sudor y lágrimas”.

La clase obrera griega impuso el 5 de mayo la huelga general.
¡Viva la clase obrera griega!
¡Viva la huelga general!
¡Abajo Papandreu!
¡Que comience la revolución griega! ¡Que comience la revolución europea!
¡Todas las fuerzas del proletariado internacional a romper el cerco a la clase obrera griega! ¡Allí se juega el destino del proletariado mundial!

 

Anarquistas y renegados del trotskismo: un frente por izquierda para poner al proletariado y su huelga general como una lucha para presionar a su verdugo.
A propósito del cretinismo sindicalista de los reformistas

Luego de la huelga general victoriosa del 11 de marzo, todas las direcciones, desde el stalinismo a los anarquistas, desde el EEK al resto de los renegados del trotskismo de Grecia, planteaban que no había condiciones para derrotar en las calles al gobierno de Papandreu.
“Entonces no había condiciones para parar el ataque”, habría que decirles a estos señores estafadores del proletariado. Porque o se derrota al gobierno que impulsa el ataque feroz contra el proletariado, o éste no tiene solución, desde el punto de vista de la lucha económica.
Los reformistas le marcan al proletariado el camino a su derrota, llevándolo a una lucha de presión contra Papandreu, para que éste “no haga el ajuste” o “lo atempere” o lo “lo morigere” o por lo menos que “lo endulce”. Los márgenes de conciliación se acabaron. ¡Ya ni limosnas se pueden hacer pasar como reformas!
La bancarrota y el crack económico están acá. La lucha económica del proletariado en la crisis y en la bancarrota ya no tiene solución si no es como lucha política de masas para derrocar al gobierno y al régimen, arrodillar a la burguesía y avanzar en una salida obrera hacia la revolución proletaria. Es un combate en donde habrá vencedores y vencidos. Es una guerra de clases abierta.
La segunda huelga general, el 11 de marzo, impuesta por las masas tumbando burócratas, fue “la huelga” porque planteó quién es el dueño de la casa: si la clase obrera o sus verdugos del capital financiero internacional. Planteó quién debe gobernar Grecia: si los parásitos capitalistas imperialistas o el proletariado.
El cretinismo del reformismo pone de rodillas a la clase obrera, la postra ante los enemigos e intenta transformar su lucha política de masas en una lucha para conseguir migajas cuando el enemigo viene por la vida misma de nuestra clase.
Mientras la burguesía pone en la balanza todas sus fuerzas a nivel internacional para aplastar al proletariado griego, éste pone todas sus fuerzas en dos oleadas revolucionarias en el 2008 y ahora, demostrando como el proletariado argentino en el 2001 y el proletariado boliviano del 2003, que aprendió a luchar en momentos de crisis económica con lucha política de masas. Con huelgas generales políticas, que son luchas políticas de masas, porque ningún obrero cree que con una huelga general consigue un peso de aumento salarial o alguna reforma económica. Son huelgas generales políticas para parar el ataque político del enemigo, para debilitar al gobierno que ataca al proletariado.
Es una monumental lucha política que habla el lenguaje de la barricada, de la asamblea, del comité de fábrica, que une a los obreros no por oficio o profesión en luchas económicas parciales, sino a la clase obrera contra toda la clase de los explotadores, sin distinción de profesión u oficio, de nativo o inmigrante, efectivo o contratado, ocupado o desocupado, obrero agrícola o de la ciudad, o del estado o campesino pobre arruinado.
Es lucha política de masas que necesita de los organismos que ya las masas embrionariamente pusieron en pie como los comités de inmigrantes, los comités de contratados, los comités de fábricas, que les impusieron a los sindicatos y sus direcciones ya dos huelgas generales este año y marchan a una nueva huelga este 5 de mayo. La dirección reformista intenta agotar en luchas de presión la enorme energía del proletariado griego.
El cretinismo sindicalista y oportunista de los renegados del trotskismo, furgones de cola del anarquismo pequeñoburgués, recoge la misma política entregadora de las acciones revolucionarias de las masas que impulsaran sus congéneres y adláteres de Bolivia, de Argentina, de Brasil, de Venezuela y de EE.UU. para estrangular la lucha del proletariado en el continente americano y sus acciones revolucionarias.
La miseria del oportunismo y del reformismo va en un ángulo de 180° con lo que necesitan las masas para triunfar: un verdadero organismo de autoorganización y democracia directa que centralice y coordine a todos los explotados en lucha de Grecia, para poner de pie el doble poder de la clase obrera, dotarlo de la autodefensa necesaria para parar a la policía brava y a las bandas fascistas (que actúan hoy con Papandreu como ayer con Karamanlis) para garantizar la huelga general y acciones generalizadas victoriosas del proletariado, para derrocar al gobierno de Papandreu y abrir el camino a una insurrección victoriosa de la clase obrera griega, para que comience la revolución.

 

Pese a la cobardía de su dirección, la clase obrera se ha atalonado y responde al ataque de la burguesía

A pesar y en contra de todas las direcciones del proletariado, frente a este ataque, la clase obrera griega se ha levantado y en sus enormes combates ha dicho: “¡NO!, no seremos nosotros quienes paguemos la crisis provocada por un puñado de parásitos”; “¡NO!, nuestro salario y trabajo no están atados a los planes del FMI”; “¡NO!, no vamos a pagar los negocios de los banqueros”.
Como ya dijimos, desde que el gobierno de Papandreu salió a anunciar junto al FMI y al Banco Europeo el acuerdo de “salvataje” y el plan de ataque a las masas, como garantía para conseguir el dinero para evitar el default; la clase obrera se ha lanzado al combate con huelgas, movilizaciones, combates en las calles, tomas de fábricas, y le impuso a la burocracia sindical estalinista y socialdemócrata el llamado a una acción unificada de todos los explotados para pegar como un solo puño: una nueva huelga general que continuará el camino ya trazado en la grandiosa huelga general del 11 de marzo. El día 29 de abril la burocracia, en un intento de encauzar la combativa actividad de las masas para poder contener la fuerza que se está desatando, fijó la fecha para el 5 de mayo.
La espontaneidad de las masas ha demostrado estar un millón de veces adelante, por perspicacia, astucia y predisposición a la lucha, de lo que han hecho todos los estados mayores de la clase obrera griega y de todo el proletariado internacional.
Las masas no esperaron el paso de los días en el calendario de los burócratas. Se anticiparon y demostraron su disposición al combate. El 1º de mayo, en el Día Internacional de los trabajadores, cientos de miles ganaron las calles en todas las ciudades del país con movilizaciones y combates de barricadas. Las masas, sin que la burocracia ni ningún partido reformista llamara a hacerlo, pusieron en pie sus piquetes de autodefensa y con piedras, palos y bombas molotov enfrentaron el accionar represivo de la policía asesina de Papandreu. Decenas de policías terminaron envueltos en llamas como todo el proletariado mundial pudo ver en las imágenes que se transmitían desde Atenas y Tesalónica. En esta jornada los obreros y los explotados atacaron los bancos, los edificios públicos y los grandes comercios, desplegando todo su odio de clase contra los explotadores y señalando certeramente quiénes son los enemigos de los trabajadores. Por ello en la Plaza Sintagma, en el centro de Atenas, las masas al identificar a un ex ministro burgués del gobierno de Karamanlis y sus custodios, los molieron a palos. A pesar y en contra de las direcciones sindicales, que en ningún momento llamaron a comenzar ya la acción decidida y a que la clase obrera intervenga con sus organizaciones y despliegue todas sus fuerzas, los trabajadores del transporte, los puertos y la salud pública continuaron sus huelgas. Día tras día, después del 1º de mayo, más y más sectores se incorporan al combate.

Con su febril actividad, el proletariado y las masas demuestran un estado de ánimo de combate pre-insurreccional. Han dicho claramente, y lo demuestran en las calles, que no están dispuestas a pagar la crisis. Las masas por su propia experiencia han comprendido que no hay más lugar a ilusiones, que a la guerra desatada por los ricos sólo se le responde con la guerra de clases del proletariado, con sus métodos de huelgas, movilizaciones, ocupaciones, barricadas, piquetes para defenderse de la represión y combates en las calles.
Con su accionar los explotados demuestran que han aprendido a combatir bajo las condiciones del crac, porque desde el 2006 vienen luchando contra la desocupación, la carestía de la vida, la inflación, etc. Contra las sucesivas traiciones de la burocracia sindical, los obreros supieron conquistar sus propias organizaciones de lucha independientes como la Red Sindical de trabajadores contratados y como los sindicatos que han puesto en pie los trabajadores inmigrantes, ignorados por los sindicatos oficiales. La sangre derramada de Alexander y de Lambros Foundas hizo comprender la necesidad de poner en pie los comités de autodefensa ante la represión del estado asesino, con su policía y sus bandas fascistas que atacan selectivamente a la vanguardia obrera.
Pero principalmente las masas, producto de este enorme y doloroso combate, bajo padecimientos inauditos,  demuestran haber comprendido profundamente que para conseguir el pan y el trabajo, para impedir que las próximas tres generaciones de Grecia paguen el brutal saqueo de los banqueros griegos y la burguesía imperialista mundial, en primer lugar, hay que derrotar al gobierno asesino de Papandreu.
Ese es el grito de guerra que los trotskistas ponemos como moción para que las masas griegas lleven adelante en su grandiosa huelga general que convocan para el 5 de mayo. No hay otra salida. ¡Son ellos o nosotros! ¡Hay que derrocar a Papandreu! ¡Que empiece la revolución!

No es de extrañar que las direcciones traidoras no se hayan puesto a la cabeza de preparar la huelga general del 5 coordinando los organismos que las masas han conquistado en sus luchas para poner en pie el doble poder, el poder de los explotados, convocando a un Congreso Nacional de delegados de base de los trabajadores, los campesinos pobres y los soldados. No quieren poner en pie los piquetes y los comités de autodefensa, para enfrentar la represión de la policía asesina de Papandreau y el ataque de las bandas fascistas. No quieren que ésta sea una huelga general insurreccional que derroque al gobierno, descalabre al régimen e inicie la revolución.
Los inmigrantes, perseguidos implacablemente por todos los regímenes europeos, bajo las condiciones más adversas, ignorados y rechazados por todos los sindicatos, sin contar con ningún apoyo más que sus propias fuerzas, se pusieron en pie, convocaron y garantizaron una huelga continental el 1º de marzo en toda Europa.
La izquierda reformista que en Europa dirige sindicatos, corrientes sindicales de oposición, organizaciones estudiantiles, frente al combate de las masas griegas no ha movido un solo dedo, y se ha dedicado a decirle a toda la vanguardia que influencia, que para parar el ataque en toda Europa hay que votar a Gordon Brown contra los liberales y los conservadores en Inglaterra, a los Socialistas contra Sarkozy en Francia, etc. ¡Basta! ¡Rompan con la burguesía! Las organizaciones obreras de toda Europa deben votar como moción inmediata: ¡Todos somos obreros griegos! ¡Una sola lucha continental para derrotar el ataque! ¡Un Congreso Obrero Continental en Atenas para unir nuestras filas!

Durante años los renegados del trotskismo y sus partidos “anticapitalistas”, devenidos en verdaderos partidos socialimperialistas, hablaron de “unir a la clase obrera europea” bajo una lucha en los marcos de Maastricht y de la Unión Europea, por una “Europa de los trabajadores”. Las corrientes mandelistas, los seguidores del SWP de Callinicos, la LCR y sus partidos “anticapitalistas”, las izquierdas unidas de España, las Refundazzione Comunista de Italia, hicieron y realizaron mil y un frentes electorales en Francia, en Inglaterra, en España, en Italia. Mil y un gritos por la unidad de los trabajadores europeos cada vez que presentan listas para sus eurodiputados o que llaman a votar a algún partido laborista o socialdemócrata como mal menor.
Durante años le hicieron creer a la clase obrera que podía haber una “Europa unida y solidaria” en los marcos de Maastricht y de esta cueva de bandidos de las potencias imperialistas europeas. Así devinieron en vulgares social-patriotas.
Y ahora, que con la clase obrera griega se juega el destino de la clase obrera belga, alemana, francesa, rusa, se han negado y se niegan a volcar todas sus fuerzas para llamar a ganar las calles, a marchar sobre los sindicatos de toda Europa para imponer una lucha unitaria con los obreros griegos, a enviar delegados de las organizaciones sindicales para participar de las jornadas de lucha de la clase obrera griega, para poner en pie un gran parlamento de la clase obrera europea bajo el fuego graneado del combate de los obreros griegos.
¡Esa es la Europa social que necesita la clase obrera europea!

En Grecia se libra una batalla decisiva de la guerra de clases entre el imperialismo y la clase obrera mundial

La burguesía imperialista es absolutamente conciente de que si derrota a la clase obrera griega, volcará la balanza a su favor en la guerra de clases que ha profundizado contra las masas del mundo. Una derrota del proletariado griego dejará en inmejorables condiciones a los parásitos imperialistas para imponer su salida burguesa a la cuarta ronda de la crisis económica mundial. Son concientes de que si logran que los explotados de Grecia paguen el déficit del estado griego, endeudado en un 123% de su PBI por haber rescatado a los parásitos accionistas de los bancos y empresas de Wall Street, Londres, París y Frankfurt, podrán aplicar esta política en toda Europa, comenzando por Portugal, Italia y España, que siguen a Grecia en la lista de los países más endeudados de dicho continente. La burguesía imperialista sabe que sólo una derrota sobre las masas griegas le permitirá imponer una salida y un equilibrio para estabilizar el continente, ante el estallido del acuerdo de Maastricht, para desde allí terminar de imponerle a las masas de toda Europa el brutal ataque y derrotarlas para que paguen con “sangre, sudor y lágrimas”, como dijo Gordon Brown, el primer ministro laborista inglés.

La clase obrera internacional y sus sectores más conscientes también saben que hoy su destino se juega en Grecia.
La clase obrera griega como destacamento de avanzada de los explotados del mundo, tiene en sus manos la posibilidad de abrir el camino a una contraofensiva de masas a nivel mundial para que la crisis la paguen los capitalistas. Si el proletariado griego derroca al gobierno de Papandreu, abriendo la revolución socialista y la pelea por la toma del poder para darle una salida obrera a la crisis, marcaría el camino al conjunto del proletariado mundial para hacer que la crisis la paguen los capitalistas derrotando a los gobiernos y regímenes burgueses.

Así la clase obrera griega continuaría el camino trazado por las masas en la ex república soviética de Kirguistán, que para parar el ataque del presidente Bakiev, agente de Obama, irrumpieron con una acción independiente de masas, se armaron, derrotaron a la policía en las calles, se tomaron los edificios gubernamentales y el parlamento, y derrocaron al gobierno.
Ese delincuente Bakiev, financiado por los yanquis, aumentó de un día para otro un 200% los precios de los productos de la canasta básica. La respuesta fue una insurrección espontánea de masas. El poder del estado quedó desarticulado. Los obreros tomaron las fábricas y las tierras.
Los carniceros asesinos del ejército blanco de Putin corrieron presurosos a aconsejarle a la burguesía de Kirguistán que no saque al ejército, porque éste se dividiría rápidamente y se pasaría del lado de los insurrectos.
Allí se paró el ataque de los capitalistas y hoy el camino por delante es que la clase obrera se haga del poder y no se lo entregue nuevamente a alas de la vieja burocracia stalinista, hoy devenida en nueva burguesía sirviente de la base yanqui en Kirguistán.
Este golpe revolucionario de las masas en Kirguistán es hasta dónde deben llegar los obreros de Grecia.
Las direcciones reformistas lo saben. Ellos saben que si hasta allí llegan los obreros griegos, estaríamos ante otra primavera de Praga, ante otro mayo francés o ante otra revolución de los claveles de Portugal.
Y lo que es más importante, bajo estos dos golpes revolucionarios de Kirguistán y de Grecia, estaría puesta a la orden del día la unidad de toda la clase obrera europea, que no termina en Alemania sino en las estepas rusas, país en donde ya han salido a las calles miles de obreros para parar el ataque del Papandreu ruso, Putin, ese masacrador de la nación chechena.
A no dudarlo que el combate griego reabriría la lucha por la revolución obrera en Europa, por los Estados Unidos Socialistas de Europa, que sólo se podrán conquistar con el combate por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en los ex estados obreros del este europeo, entregados ayer por la lacra stalinista.

Los obreros de todo el continente europeo posan sus ojos en el combate de sus hermanos griegos. El comienzo de la revolución griega sería un enorme golpe del proletariado en el corazón de las potencias imperialistas europeas, una gran palanca para romper el cerco que le impone la burocracia, aislándolos país por país, para parar el ataque de los imperialistas en toda Europa. Sería un punto de apoyo donde centralizar las fuerzas de toda la clase obrera del continente, de los obreros que pugnan por entrar al combate contra el feroz ataque imperialista como los trabajadores de Inglaterra contra el gobierno de Brown, los obreros que en Rusia salen a la lucha contra el carnicero Putin, los obreros de Portugal que buscan enfrentar al gobierno socialdemócrata de Sócrates, y los trabajadores inmigrantes, el sector más explotado del proletariado europeo, que el 1º de marzo organizaron una jornada de huelga en todo el continente.
El combate de las masas griegas será también un revulsivo para que se vuelvan a poner en pie los trabajadores de Irlanda, Letonia, Polonia, Estonia, donde las burocracias sindicales firmaron acuerdos de despidos, reducciones y congelamiento del salario y se lo impusieron a las masas, provocando que por ejemplo en Irlanda, nuevamente como en el Siglo XIX, millones de obreros deban escapar del país para ofrecerse como mano de obra esclava en Inglaterra y Estados Unidos.
Pero la apertura de la revolución en Grecia no solamente conmoverá a Europa, sino también podría ser un shock eléctrico para que la clase obrera norteamericana rompa la subordinación a Obama y retome el camino de la lucha de los obreros por los derechos de los inmigrantes y del Movimiento por la Marcha de un millón de obreros contra la guerra, para enfrentar el ataque de este Bush tiznado, que ya está haciéndoles pagar la crisis de los salvatajes a los parásitos de Wall Street.
También puede ser una verdadera palanca para la clase obrera de todo el mundo, en primer lugar, para que las masas cubanas se pongan de pie y enfrenten el millón de despidos que anunció la burocracia restauracionista castrista. Un golpe a las potencias imperialistas en el corazón de Europa daría un enorme impulso al combate de las masas en África y Medio Oriente, Asia y América Latina, que padecen el brutal saqueo y la superexplotación de los parásitos imperialistas.
La burguesía es consciente del carácter decisivo de la batalla en Grecia. Bajo sus órdenes ha desplegado a todas las direcciones reformistas de las masas en Grecia y en el continente, centralizadas internacionalmente desde la V Internacional de Chávez, Castro, los mandarines “rojos” del PC Chino, del cual también forma parte el Partido Comunista de Grecia (KKE), con los renegados del trotskismo como su ala izquierda. Su objetivo es cercar y aislar el combate de las masas griegas de sus hermanos de clase de todo el continente, e impedir que derrocando a Papandreu, inicien la revolución en Grecia, que será la chispa que incendie París y toda Europa, desde Portugal a las estepas rusas.

 

Se ha puesto a la orden del día el derrocamiento del gobierno de Papandreau y el inicio de la revolución en Grecia

La heroicidad de las masas griegas con sus combates han puesto a la orden del día el derrocamiento revolucionario de Papandreu. Esa es la tarea del momento para derrotar el ataque de los parásitos imperialistas.
Para que la crisis la paguen los capitalistas: ¡Abajo el gobierno de Papandreu, agente de los parásitos JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Bundesbank y los bancos griegos!

Los obreros y explotados deben concentrar sus fuerzas coordinando los comités de fábrica y las organizaciones de lucha de la clase obrera y las masas para garantizar que la Huelga General del 5 de mayo sea un golpe decisivo para derrocar al gobierno y descalabrar al régimen. ¡Que empiece la revolución en Grecia!

Para extender, centralizar y coordinar los organismos conquistados por el proletariado y las masas en lucha, como la Red Sindical de trabajadores contratados, el sindicato de trabajadores inmigrantes, los comités de huelga, hay que convocar a un Congreso Nacional de delegados de base que llame a los obreros y campesinos pobres a ir a los cuarteles a buscar a sus hijos, maridos, novios, hermanos, para que rompan con la casta de oficiales asesina del ejército griego, y junto a ellos poner en pie la milicia obrera, para preparar la toma del poder e imponer un gobierno obrero y campesino que implemente un plan obrero de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas griegos y los parásitos imperialistas yanquis y europeos.

Para que haya pan, trabajo, salud, educación y futuro para la clase obrera y los explotados:
¡Ningún sacrificio! ¡Hay que expropiar a los expropiadores!
¡Igual salario por igual trabajo para todos los trabajadores, nativos e inmigrantes!
¡Ni un solo despido! ¡Trabajo para todos! ¡Por el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles! ¡Todos a planta permanente!
¡No al congelamiento y a la reducción salarial! ¡Por la escala móvil de salarios de acuerdo al aumento del costo de vida!
¡Basta de negociados secretos entre los parásitos de Grecia, EE.UU. y Europa! ¡Abajo el secreto comercial! ¡Por la apertura de los libros de contabilidad! ¡Por la nacionalización sin indemnización de la banca y el comercio exterior bajo control de los trabajadores!
¡No al pago de la deuda! ¡Ni un solo euro ni dólar para la JP Morgan, Goldman Sachs, el Bundesbank, y sus socios griegos, con el hambre del pueblo! ¡Por la expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las empresas imperialistas yanquis, alemanas y de la burguesía griega!
¡Contra las privatizaciones! ¡Por la renacionalización sin pago y bajo control de los trabajadores de todos los servicios públicos y las empresas privatizadas!
¡Por la disolución de la policía y todas las fuerzas represivas del estado! ¡Por la puesta en pie de una milicia obrera para derrotar a la casta de oficiales asesinos del ejército griego!
¡Por tribunales obreros y populares que hagan justicia con los asesinos de Alexis, Foundras y los mártires obreros!

Obama, Merkel, Sarkozy y toda la burguesía imperialista han cerrado filas para sostener a Papandreau en Grecia, decidido a atacar a las masas griegas, como un primer paso para imponer a toda la clase obrera del continente la política de “sangre, sudor y lágrimas”. En Grecia se está desarrollando hoy una batalla decisiva para la clase obrera europea y mundial.
Para romperle los dientes a esa santa alianza contrarrevolucionaria de la burguesía, sostenida por las direcciones reformistas, es necesario que la clase obrera europea se ponga de pie con una acción continental, siguiendo el camino marcado por los trabajadores inmigrantes, para romper el cerco impuesto a nuestros hermanos de clase en Grecia y hacer realidad el grito de “¡chispa en Atenas, incendio en París es la insurrección que viene!”

Para que no sea la clase obrera europea la que pague la crisis, la clase obrera griega debe triunfar.
Los comités independientes de inmigrantes y el movimiento 1 de Marzo de 2010, junto a los trabajadores griegos deben ponerse a la cabeza del llamado a un Congreso Continental de delegados de toda Europa, que se reúna en Grecia, para unir todas las luchas y preparar una huelga continental.

La clase obrera norteamericana ha sido sometida a su verdugo, Obama. La izquierda socialimperialista ha sometido la lucha de los inmigrantes y el combate de los obreros contra la guerra a los pies de Obama, y por esa vía, hoy la clase obrera norteamericana, con millones de despidos y millones de hambrientos y desocupados es la que está pagando la crisis de los banqueros de Wall Street. Millones de obreros norteamericanos ya han visto que de nada sirvieron los cantos de sirena de Obama, de las corrientes de la izquierda reformista y de la AFL-CIO, que los están haciendo pagar la crisis.
La bestia imperialista yanqui, que ha invadido ahora Haití, como ayer Irak y Afganistán, está haciéndole pagar su crisis a toda la clase obrera mundial. Los obreros norteamericanos, que tienen al proletariado griego como su gran aliado en el combate contra la Goldman Sachs y la JP Morgan, deben ganar las calles en EE.UU. y romper con las direcciones que lo someten a Obama.
Tan solo ayer, la AFL-CIO le hacía acatar a los obreros de la Toyota, la General Motors, la Volkswagen y de miles de fábricas los despidos, las rebajas salariales y la entrega de las jubilaciones.
Todo ello fue para financiar a la oligarquía financiera de la Goldman Sachs y la banca Morgan. A esos parásitos enfrenta la clase obrera griega, a los mismos que despidieron y dejaron viviendo con 3 dólares por día a más de 45 millones de obreros norteamericanos.
¡Hay que derrotar a los parásitos de esas 4 manzanas de Wall Street para que la clase obrera mundial viva!
¡Hay que poner en pie de nuevo la marcha del millón de obreros contra la guerra!
¡Hay que volver a poner en pie la lucha de los obreros inmigrantes, que hoy sufren un ataque peor que con Bush, poniendo en primer lugar la demanda de ¡Fuera yanquis de Haití, de las maquiladoras de Centroamérica y de toda América Latina!

¡Por la expropiación sin pago y bajo control obrero de todas los bancos y empresas imperialistas de Europa que saquean a nuestros hermanos en el mundo entero! ¡Por el desconocimiento de toda la deuda externa de las colonias y semicolonias con los bancos de los parásitos imperialistas!
¡Por la derrota de las tropas de la OTAN en Afganistán, Irak y Paquistán y por el triunfo de la resistencia!
¡Abajo Maastricht, la unión europea de las potencias imperialistas con su parlamento fantoche y la moneda común de las transnacionales!
¡Abajo el régimen asesino de la V República francesa y de la monarquía española e inglesa!
¡Fuera Berlusconi, la Merkel y el gobierno del Bundesbank alemán!
¡Abajo la Europa imperialista!
¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en Rusia, en las ex repúblicas soviéticas y en el este europeo!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa desde Portugal hasta las estepas rusas!

En las barricadas de Grecia, en los combates de los inmigrantes esclavizados en la Europa imperialista, en la lucha obrera contra el ataque imperialista, ya han surgido los jefes de la revolución proletaria. Necesitan un partido y un programa que los lleve a la victoria. En ese camino, los revolucionarios internacionalistas de la FLTI combatimos por conquistar un Comité Organizador por la refundación de la IV Internacional de 1938.